Primer día en mi nuevo instituto, me levanté media hora tarde, ya que mi maldito querido hermano Evan no me despertó [...]
Cuando llegue al instituto me puse a dar ochenta vueltas por todos los pasillos, hasta que al fin encontré el aula 22, deslicé mi mano hasta el pomo de la puerta y la abrí con máximo cautelo, estaban todos sentados y había un profesor alto, moreno y con tatuajes dando la clase. Tomé asiento rápidamente, intentando no molestar a la clase más de lo que ya lo había hecho, aunque ya solo quedaba un cuarto de hora; estuve todo el tiempo mirando al profesor intentando atender, pero no podía hacerlo muy bien, porque era imposible no quedarse embobada mirándole. Cuando me quise dar cuenta ya había sonado la campana, pero yo seguía ahí parada mirando como el profesor Snyder recogía sus cosas y las metía en un pequeño maletín negro. Cuando menos me lo esperé, un chico, bruscamente se puso delante de mi mesa y me quitó las grandes vistas.
-Jay: Hola, se presenta Jay, señora!, si!, señora!. -dijo como si fuera un militar y yo su comandante.
Poco después le miré a la cara, tenía el pelo negro y alborotado y unos brillantes ojos verdes.
-Yo: Ho-hola, yo soy Kate. -le contesté en tono tímido. El tal Jay me deslumbró con una sonrisa.
-Jay: Todo un placer conocerla señorita -espetó.
-Yo: Lo mismo digo, supongo. -Le sonreí levemente.
-Jay: ¿Supones?,¿es que no te alegras de conocer a este hombre tan imprescindible para la humanidad?-dijo
-Yo: ¿imprescindible para la humanidad?, ¿y eso?-le pregunté
-Jay: Pues claramente mi belleza alegra al ojo humano -contestó
-Yo: ¡Oh claro!, ¡como no pude darme cuenta!-añadí en tono irónico.
Pocos segundos después de esta pequeña conversación volvió a sonar la campana y mi padre entró por la puerta. ''¡OH DIOS,NO!''-pensé. Estuve pasando vergüenza durante toda esa clase, ya que mi padre no paraba de ''chulear'' de hija delante de toda la clase [...]
Entonces llegó la hora del recreo y fuí con mi bocadillo y mi zumito de naranja a la parte donde se hallaban las mesas de comer, que estaban todas repletas de gente y las gradas, en las que solo había cuatro o cinco chicos. Me senté sola en la parte más baja de las gradas y comencé a comer mi bocadillo, que era de jamón. ''viva el jamón''-pensaba mientras me lo comía.
Me sentía como una marginada, hasta que llegaron mis hermanos y se sentaron junto a mi.
-Evan: ¡Kate!-gritó a todo volumen en mi oído.
-Yo: ¡JODER!, ¡¿QUE?!-Espeté molesta por el grito.
-Evan: Hola-dijo monósamente.
-Yo: ¿para eso me gritas en el oído? -pregunté retóricamente-''Asco de hermano''-pensé.
Mi hermana estaba callada en silencio, raro en ella la verdad. Descubrí que estaba mirando a un chico así que no pude evitarlo.
-Yo: ¡ala!, ¿quién es ese? eeeeeeeeeeeh -dije para molestarla
-Cass: ¿quién?...no es nadie, déjame.
-Yo: ¡oi oi oi! , que se nos enamora -proseguí molestándola
-Cass: ¡que te calles ya!-me gritó muy enfadada y se fue, yo empecé a reírme y luego observé como Jay se acercaba a nosotros con varios amigos, pero antes de que pudieran llegar, nosotros nos levantamos y nos fuimos a otra parte. Jay se quedó to' loco mirándonos de lejos. [...]
Cuando llegué a casa la rata de mi madre me atacó, realmente no es una rata, es un chihuahua mal criado que me muerde y maltrata todos los días de mi puta y asquerosa vida y que tiene más atención de mi madre que yo. ''puto bicho''- pensé mientras le daba una patada alucinante que lo mandaba a la otra punta de la casa. [...]
A la noche preparé la cena y como de costumbre, yo y mis hermanos cenamos solos debido a que mis padres estaban fuera de casa por asuntos de trabajo y demás. Estaba tan tranquila echándole ketchup a mi bonita hamburguesa gigante, cuando llamaron al timbre de la puerta, y como nadie se quería levantar, me tocó a mi abrirla, como no...
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